Cada mañana tardo aproximadamente una hora para recorrer siete kilometros desde mi casa hasta la universidad, lo que implica tener que levantarme unas dos o tres horas antes de mi primera clase del día, y, fruto de mi vagancia me pongo a analizar las razones por las cuales tengo que perder mis preciadas horas de sueño.
¿Por qué tardo una hora en un recorrido de siete kilometros si voy en un vehículo que puede recorrer unos 60km/h?
Encuentro la respuesta justo al otro lado del parabrisas: una inmensa fila de vehículos que imposibilitan mi avance.
Los tapones son el natural resultado de la incapacidad de coordinación entre los conductores y aunque es imposible lograr que cada persona esté perfectamente coordinada con las demás, se crean una serie de reglas que, si todos siguen, pueden resolver este tipo de problemas con relativa facilidad. Si cada conductor acata las leyes de tránsito al pie de la letra, los tapones, sin lugar a dudas, desaparecerán.
Y sería realmente genial, todos hacen lo que deben hacer y vivimos felices para siempre.
Pero... las cosas no funcionan así.
Somos muchísimas personas, cada una con ideas, actitudes, opiniones y prioridades que influyen en todos los aspectos de su vida, incluyendo su manera de conducir, por lo que lograr que cada individuo tenga el deseo y la capacidad de acatar las normas es mas bien imposible.
Entonces, ¿qué? ¿estoy destinada a pasar incontables horas de mi vida en medio de un tapón?
Probablemente si. Sin embargo, puedo soñar con una mejor situación porque existen formas de resolver los problemas del tráfico. Son soluciones viables, que aunque requieran un esfuerzo considerable, traerían muchos beneficios.
Y resulta que, sin ser sorpresa para nadie, la solución ideal viene de la mano de la ciencia y la tecnología, esta es, el vehículo autónomo, esto a cualquier dominicano le suena más a un asunto de ciencia ficción, sin embargo, forma parte de una realidad cada vez más cercana.
El vehículo autónomo es aquel que puede manejarse solo, sin necesidad de ser controlado de forma directa por una persona, gracias a tecnologías como el radar, el láser, el posicionamiento global y la visión computarizada.
La implementatión de vehículos autónomos traería un sin número de beneficios de índole exonomico, social y medio ambiental.
Las tecnologías que se requieren para lograrlo están altamente desarrolladas, por lo que la incapacidad no es un pretexto. Podemos resolver este y muchos otros problemas fácilmente, todo lo que se necesita es voluntad.
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